Cada día, mas de un millón de personas, se movilizan en metro. salen de sus casas, camino a sus obligaciones, casi siempre apurados y apretados entre tantos símiles en sus mismas condiciones. Cada día sobre mi cabeza vuelan colores, letras,... ofertas y demandas, slogans sobre ropa interior, servicios de salud, institutos de educación, asilos de ancianos o programas de "solidaridad" para la superación de la pobreza. Ya no solo llenan las calles donde trabajamos, con sus ideales y sus volantes, sino también por aquel lugar donde estamos obligados a movernos. Cada vez que voy en metro, mas que transportada, me siento bombardeada
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